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EDITORIAL Que las brujas no existen, pero de que las hay… las hay

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Estamos acercándonos a un proceso electoral, en el que se erigirá presidente de la República, senadores y Representantes a la Cámara pero con estupor, o mejor confirmamos lo que siempre se dice en los corrillos, se comenta, se escucha y se repite, que nuestro sistema político administrativo, está corroído por la corrupción  que la mayoría de nuestro compatriotas aspirantes, a los cargos de elección popular y hasta el presidente, se hacen elegir  buscando ”arreglar” de una vez por todas y hasta para la tercera generación su situación socio económica, pero que sorpresa, los colombianos vivimos de sospecha en sospecha, para estos casos, pero cuando sé hacer el debate electoral, las “brujas” empiezan a destapar las ollas para que el pueblo conozca lo que sus dirigentes políticos han sido capaces de realizar desde que fueron elegidos, y que los actos de corrupción que les endilgan, son ciertos o no es la justicia dentro de un proceso, la encargada de establecer la culpabilidad o no, del político vinculado a determinada denuncia. Pero quién y por qué orquesta esto? Nuestro medio político, ha venido creciendo en la magnitud, de obras civiles que se vienen desarrollando, éstas, demandan cada vez más, mayores inversiones atraen a las grandes multinacionales, o mejor dicho, algunos de los parlamentarios, ven con ojos ávidos de codicia, la ganancia de alguna comisión, por contar el negocio a un amigo que tiene la conexión con los inversionistas con posibilidades de iniciar la obra y allí, se cuaja el negocio. Pero los contradictores, no pueden permitir que este amigo, o colega, siga desarrollándose y espera el momento, para que la bruja destape la olla y tas, sale a la luz pública, un cúmulo de hechos, que solo la justicia, puede resolver, Claro que causa el efecto deseado, pues el denunciado entra en shock, se desarticula y debe emprender la lucha para demostrar su inocencia o afrontar su culpabilidad ante los hechos y como resultado, no puede acceder a una nueva candidatura,  hasta no resolver su situación, y si resuelve el problema queda de manera positiva, queda golpeado, y la duda le rodeará y si es negativa, muere políticamente, pero el astuto condenado, tiene esposa, hijo o sobrino, que no tiene ni idea de lo que debe hacer en el cargo para el que fue “elegido” pero él resuelve llegar a ocupar su curul y a recibir la no despreciable mesada que pagamos los ciudadanos de “a pie”.

Sin embargo, todos los que creemos o no, en las predicciones de las brujas, hacemos caso omiso y seguimos votando, porque si no votamos, otros son los que eligen y así, seguimos esperando que pasen otros 4 años…¡

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