Desde la Federación Nacional de Cultivadores de Palma de Aceite (Fedepalma) nos permitimos alertar sobre el deterioro de la seguridad en las zonas palmeras de nuestro país, y el riesgo en las operaciones por las acciones violentas, lo cual tendría un impacto negativo en la economía local y nacional, afectando la comercialización de la fruta y el aceite de palma, y en especial, a miles de palmicultores de pequeña escala de nuestras regiones.
Como gremio nos preocupa profundamente la situación de inseguridad en la que se encuentran las operaciones de los palmeros colombianos.
En los últimos días, se han registrado actos violentos en la región del Catatumbo, donde desconocidos armados destruyeron instalaciones militares luego de la salida del Ejército de la base militar de Campo Dos, en el municipio de Tibú, Norte de Santander. A esto se suma hechos generalizados de extorsión en todas las zonas palmeras del país.
Hacemos un llamado urgente a las autoridades competentes para que tomen medidas efectivas para garantizar la seguridad y protección de las personas y empresas que desarrollan actividades en las regiones.
Asimismo, instamos a la comunidad para que denuncie cualquier actividad sospechosa que pueda poner en riesgo la vida de los pobladores.
Estamos comprometidos con el acompañamiento a los palmicultores y las comunidades palmeras, y desde Fedepalma condenamos esta clase de acciones violentas y nos solidarizamos con los palmicultores, empleados y las empresas afectadas.