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Llegó el tiempo de cuaresma y de elecciones parlamentarias

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El miércoles de ceniza, comenzó la cuaresma, tiempo litúrgico, de conversión, de arrepentimiento, de cambio, de ser mejores, de acercamiento a Cristo. Pero también es tiempo de elecciones, para que los candidatos y jefes políticos en Colombia, se tomen unos minutos para reflexionar y pedirle al Todopoderoso, que los ilumine, para que no los deje caen en tentaciones.

Nuestro amado Jesús, nos hace una invitación, a cambiar de vida. Esta vida es temporal, entonces, ¿Por qué no ser  como Dios quiere que seamos? Nuestro padre tiene un gran ideal, que todos sus hijos sean como Jesucristo, que seamos hombres buenos, generosos, caritativos, amorosos con todos nuestros hermanos.

Como humanos, todos somos pecadores y se nos dificulta caminar hacia la santidad, es así,  que debemos estar atentos, porque el pecado nos aleja de Dios y a los políticos, los aleja de  sus seguidores. Pero el señor nos regala este tiempo de perdón, de reconciliación, de penitencia. Por tanto, tenemos que saber aprovechar bien estos días, limpiando nuestro corazón, expulsando de nosotros los odios, las envidias, los engaños; es decir todo lo que se opone a nuestro amor al Dios Padre a nuestro amor al Dios Hijo, a nuestros propios hermanos.

La iglesia nos invita a vivir la cuaresma en el amor de Jesús, orando, escuchando la palabra de Dios y meditándola, participando activamente de cada una de las celebraciones. La Iglesia nos guía en la finalidad de la cuaresma y nos invita a participar en la preparación a la Pascua, y pensamos que especialmente para los políticos, es un buen momento, para la reflexión.

Polvo eres y en polvo te convertirás, nos decían los sacerdotes antes, al imponernos la ceniza (ahora dicen arrepiéntete y conviértete) porque solo Dios sabe cuándo nos llega la hora de “partir”. La imposición de las cenizas nos los recuerda, principio y fin, alfa y omega de nuestra vida terrenal. Entonces mientras estemos, hagamos una vida recta, sana, solidaria. Por ello, en esta cuaresma, hagamos el compromiso, ser mejores y hacer obras buenas.

Mucha gente está esperanzada con sus hermanos  cristianos, no los defraudemos, demos alegría a los que viven acompañado de la amargura, demos esperanza a los que parecen desfallecer, oremos por los enfermos, ayudemos al que necesita, las actitudes cristianas nos ayudarán a parecernos más a Jesús.

Nuestra conversión, nuestra penitencia, nuestras buenas obras de este tiempo litúrgico, serán una hermosa adhesión a Jesucristo. El primer paso, la necesidad de arrepentirse.

¿Sentimos una gran pena por haber hecho algunas cosas malas, y por haber dejado de hacer algunas cosas buenas? No dejemos de arrepentirnos de todos nuestros pecados y fallas.

El amor tiene que ser el odio al pecado, este tipo de odio, es un sentimiento de rechazo y antipatía, que sí, nos podemos permitir. El arrepentimiento es el primer paso al camino del encuentro con el Señor. Es reconciliarse con Dios y con el prójimo.

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