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Aplazar los TLC: ¿una alternativa posible?

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FNGEn carta a los dirigentes de los gremios agropecuarios más afectados por los TLC, el presidente de Fedegán, José Félix Lafaurie Rivera, propuso hacer un frente común para explorar el aplazamiento de los procesos de desgravación arancelaria de los principales tratados. “Fedegán nunca ha estado en contra de los TLC, que consideramos un imperativo de la globalización y una gran oportunidad, siempre y cuando no se conviertan en tratados ‘embudo’ para el ingreso de importaciones, pero sin oportunidades para las exportaciones colombianas, que es lo que ha venido sucediendo”.

“Han pasado 11 años desde que se empezó a negociar el TLC con Estados Unidos, y desde entonces los gremios hemos pedido con insistencia medidas para adecuar la infraestructura rural y avanzar en la reconversión productiva. Ha habido documentos Conpes, leyes, decretos y muchas promesas pero pocosresultados. En el sector ganadero, la Agenda Interna para la admisibilidad sanitaria se convirtió en cantaleta para el Gobierno, sin que a pesar de ello se vean los resultados”.

“Me pueden tildar de alarmista y apocalíptico, pero las cifras no mienten -enfatizó Lafaurie-. La balanza comercial del país ya fue deficitaria en US$315 millones en los dos primeros meses y puede llegar, a juicio de expertos, a los US$2.000 millones al cierre de 2014.El próximo 15 de mayo se completarán dos años de vigencia del TLC con Estados Unidos, y pasamos de tener un saldo positivo superior a los US$9.000 millones en 2011, a uno inferior a los US$3.000 millones en 2013. El déficit comercial con Mercosur fue de US$2.123 y con México de US$4.436 millones, mientras que con la Unión Europea ya se registra una tendencia a la baja”.

El presidente de Fedegán recordó quela revaluación tampoco ayuda a los TLC, pues en 2003 la tasa de cambio se sostenía en un promedio cercano a los $3.000 por dólar, mientras la actual no logra estabilizarse en los $2.000. “Además de esta situación, que representa una pérdida cambiaria de competitividad del 33%, la Agenda Interna para la competitividad no avanzó y en algunos casos retrocedió. Hemos dado pasos atrás en seguridad, y en infraestructura el país no difiere mucho del de 2003. Se están tratando de terminar las dobles calzadas que se iniciaron en la época, pero la la red terciaria sigue igual o peor. En riego no se ha avanzado un ápice; la promesa de control al costo de los insumos sigue incumplida, el crédito agropecuario insuficiente y a espaldas de la realidad productiva, y la situación en educación, salud y vivienda no presenta modificaciones sustanciales”.

“Tuvo que surtirse un proceso de negociación con un grupo narcoterrorista para que el Gobierno se ocupara de lo que nunca quiso concertar con los gremios: el Desarrollo Rural Integral, y en ese sí-se-puede con interlocutores equivocados, entre otros acuerdos secretos, se cubrió a la propiedad privada de la tierra con un manto de inseguridad jurídica que, literalmente, ha espantado a la inversión privada que se requiere con urgencia”.

Por eso creemos que si el Gobierno como institución -no esté en particular- no hizo lo que tenía que hacer, entonces la suspensión de esa carrera entre competidores desiguales surge como un imperativo social y ético para el Gobierno.En el caso de la leche, se amenazala subsistencia de cerca de 300.000 ganaderos, en su mayoría pequeños productores campesinos, para quienes la quincena lechera es su salario mínimo.

“Valga la comparación -concluyó el presidente de Fedegán-, necesitamos una verdadera ‘bandera amarilla’que detenga temporalmente la carrera por los mercados y permita restituir las condiciones de competencia. Por ello creo que los gremios afectadospodemos hacer frente común para evaluar la posibilidad de aplazamiento de los TLC más lesivos.No se trata de una renegociación -insistió-, sino de la suspensión temporal de los procesos de desgravación, para que el sector productivo pueda acelerar los procesos de reconversión y el próximo Gobierno tenga una última oportunidad de cumplir los compromisos históricos con el campo. De no ser posible, habrá que multiplicar recursos y redoblar esfuerzos para hacer competitivo al sector agropecuario en el menor tiempo posible, y salvar así al campo de un verdadero desastre social”, sentenció Lafaurie.

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