Rafael Castro Peinado- enviado especial
“Oiga Vocero: Se nos están muriendo los animalitos, que verano tan largo”, “Nunca habíamos tenido una sequía como ésta” “La cosecha de naranja está embolatada”. Estas son inquietudes, que hemos escuchado de parte de campesinos, ganaderos, comerciantes y habitantes de Guamal, ante las dificultades que se presentan en verano con la actual sequía, y las inundaciones que se prevén, ante los embates de las aguas del río Magdalena en el próximo invierno.
Esto lo afirmamos, por la situación que encontramos durante una de nuestras visitas a este rico y próspero Municipio. La sedimentación que presenta el Río Magdalena es impresionante, más del 70% de su capacidad, según nuestro cálculo, muestra una estado tal, que el área sedimentada, se extiende a pocos centímetros de diferencia, con la orilla o ribera de la población.
El Alcalde, Richard Rangel, ha insistido ante los organismos de prevención y control, para que asuman la responsabilidad y establezcan las directrices a seguir con el fin de evitar una tragedia, que se repite año tras año, cuando el invierno se hace presente y que con escasos recursos, se procura aminorar el peligro de inundación.
¿Por qué el gobierno no permite que los habitantes de los Municipios, que de manera artesanal reduzcan el volumen de esta sedimentación? Si su conformación principalmente está constituida por arena, la cual, puede utilizarse en construcción y otros menesteres; inclusive para llenar sacos, con los cuales se contengan las aguas en otros sitios más críticos.
La Oficina de Atención y Prevención de Desastres del Departamento, sólo se limita a contemplar la sequía del río, mientras que otros municipios como Pinto, El Banco, San Sebastián, San Zenón, Santana, Pijiño, Pedraza, Cerro, El Piñón, Salamina, Remolino y Sitionuevo, que presentan la misma situación en la ribera, ante la presencia del verano, sufrirán los consabidos daños que causarán las aguas al inundar las poblaciones.
Entonces, los estamentos del Gobierno encargados de la Prevención y Atención de Desastres, adquirirán sacos, mercaditos, toldillos, colchonetas, Kits de cocina, y kits de aseo y elaboraran los proyectos de rehabilitación de las viviendas afectadas por la aguas, las cuales se ejecutarían en los dos (2) años posteriores a la tragedia vivida.
Debemos reflexionar sobre lo que se avecina para las poblaciones del Departamento, si el Gobierno no cuenta con los recursos ¿por qué no se acude a las comunidades, a los volqueteros o a todos los que puedan aprovechar este material cumulado frente a las poblaciones? ¿No es mejor generar trabajo e ingresos a estas gentes de escasos recursos, que salir a adquirir sacos, mercaditos, toldillos, etc., hacer entrega de recursos para arriendo y rehabilitación de vivienda?
Regularmente al aparecer esta sedimentación en el Rio Magdalena, se denominaba “Las Playas” y eran aprovechadas por los campesinos para sembrar productos de pan –coger (yuca, maíz, frijol, etc.) pero en estos momentos son tan extensas que sobran las tierras denominadas “playas” y en cambio amenazan a las poblaciones de la ribera, sin que nadie haga nada.