Trabajar para mejorar el bienestar de las comunidades del Magdalena es nuestra prioridad y también la de instituciones internacionales, como la organización holandesa Young Experts Programmes (YEP). Con su ayuda, adelantamos una serie de investigaciones y análisis sobre alternativas y diseños de un sistema de abastecimiento de agua potable para los pueblos palafitos de Nueva Venecia, Bocas de Aracataca y Buenavista, en la Ciénaga Grande de Santa Marta.
En esta primera fase de diagnóstico, cuya duración fue de tres días, se socializó a estas comunidades el convenio que existe entre Aguas del Magdalena y el Gobierno de Holanda. La población aceptó con gran entusiasmo esta unión con la que por fin se solucionará al desabastecimiento que ha padecido por años.
Y no es para menos, pues actualmente Nueva Venecia y Buenavista toman el agua proveniente del Caño de Aguas Negras, a 3.5 km de los pueblos. La comunidad solo puede acceder al líquido a través de “bongoducto”.
Algunos pueden comprárselo directamente al propietario de la embarcación, quien lo almacena en tanques y de vez en cuando adiciona cloro. Otros esperan a que el dueño vaya de casa en casa y entregue el agua sin ningún tratamiento. El costo de estas pimpinas oscila entre 200 a 3.000 pesos, dependiendo de los litros de los tanques.
Después de la etapa de diagnóstico, se espera que, en tres meses, el grupo interdisciplinario encargado del proyecto presente al Gobierno holandés, Aguas del Magdalena y Viceministerio de Agua Potable las alternativas sostenibles para el mejoramiento de la calidad de vida de los habitantes de los pueblos Palafitos.
En este importante ejercicio con los habitantes de la Ciénaga Grande de Santa Marta, se espera crear estrategias y planear las inversiones en agua y saneamiento, teniendo en cuenta sus particularidades. Esto implica adoptar modelos que tengan en cuenta su vulneración y estatus socio-económico.
Los habitantes de las tres zonas son conscientes de que el agua potable es de gran importancia y acceder a ella les mejorara la salud, les brindara bienestar, educación, entre otros beneficios. Además, tienen claro que el agua es “vida”, es “sagrado”, es “calidad de vida”, es “vital para los niños”.
Al liderar estas iniciativas, el Plan Departamental de Aguas del Magdalena reafirma la importancia de fortalecer la política pública de agua potable que, entre otras cosas, permite aunar esfuerzos con otros organismos para la creación de estos sistemas y así continuar con nuestra tarea principal de velar por el bienestar de los magdalenenses.
Además, este es, sin duda, nuestro gran aporte para recuperar ambientalmente la Ciénaga Grande de Santa Marta, que se ha visto afectada por la carencia de este servicio.