Melchor Tirado Torres *
Iniciamos manifestando que estas dos palabras que guardan relación de manera intensa con el Derecho, y en particular con el Derecho Penal, en el fondo, persiguen fines y objetivos diferentes, y sobre los mismos me referiré dando la máxima claridad posible, estando soportada las dos en “la prueba” así: ¿qué se entiende por verdad? Con respuestas como: 1) “es la adecuación entre una proposición y el estado de cosas que expresa, ejemplo: La proposición ‘la nieve es blanca’ es verdad si la nieve es blanca, 2) Conformidad entre lo que una persona manifiesta y lo que ha experimentado, piensa o siente, ejemplo: “efectivamente era verdad todo lo que me contó”; ¿Qué se entiende por certeza? Con estas afirmaciones como respuesta: a) Es el conocimiento seguro que se tiene de algo, ejemplo: Todavía no sé con seguridad si podre viajar, b) Es la seguridad factual que se tiene como garantía de un enunciado, del grado de verdad o falsedad, de la tautología proposicional, en un silogismo, del conocimiento sobre un asunto (Wikipedia), y c) Cualidad de cierto ejemplo: La certeza de lo que acabas de vivir será tragado por el tiempo. d) Es la creencia, en grado máximo, en su plenitud y perfección, sin asomo de duda sobre aquello que se conoce. La verdad es una cosa y otra muy distinta la certeza, pudiendo existir certeza y, sin embargo, faltando la verdad; cuantas veces estamos persuadidos firmemente de hallarnos en posesión de la verdad y somos víctima de una evidencia ilusoria. La verdad en la cosa, es la cosa misma: “verum est id quod est” decía San Agustín. La verdad es el acuerdo del pensamiento con su objeto: “adequatio mentis et rei” decían los escolásticos. No hay verdad sin prueba, lo verdadero en forma tal que no admite se le ponga en duda. La verdad es lo que vemos, oímos, olemos, gustamos y palpamos (lo que perciben los sentidos). La Prueba de los verdaderos son los sentidos externos. La prueba de la verdad está en la razón. Para los Escolásticos la verdad es la adecuada correspondencia del pensamiento con las cosas. La verdad consiste en la concordancia de la imagen o idea con el objeto que la produce. La certeza es el conocimiento seguro y claro de una cosa. Es la creencia fundada en que estamos en posesión de la verdad. Certeza y verdad “no siempre coinciden”, a veces se tiene como cierto lo que es falso. La verdad es conformidad o concordancia de la imagen de la mente con la realidad. Nada hay en el entendimiento (conciencia) que antes no haya pasado por los sentidos. A lo largo de la Historia muchos son los estudiosos, filósofos y pensadores en general que han abordado la certeza en sí y también su similitud o su diferenciación respecto a lo que sería opinión. Entre aquellos se encuentran, por ejemplo, clásicos de la filosofía griega como Aristóteles y Platón, que basaron sus ideas en pilares tales como el conocimiento, el entendimiento, la experiencia y los sentidos. Por supuesto, tampoco habría que pasar por alto el papel que jugó el francés René Descartes, el padre de la filosofía moderna, en el análisis del término que nos ocupa. En su caso, él dio un giro a las ideas que se habían concebido al respecto hasta el momento y vino a dejar patente que la certeza no estaba basada en el conocimiento, como se había venido explicando, sino más bien en la conciencia que se tiene de que un hecho concreto es verdad. Kant, Russell, Karl Kopper o Gödel fueron otros de los autores que también analizaron a fondo la veracidad, trayendo consigo la contraposición de todo tipo de teorías acerca de la esencia, los pilares y los resultados que trae consigo aquella. Manejando el opuesto a la certeza, encontramos la ignorancia: Si se desconoce algo, no se puede tener ninguna certeza. El grado medio de conocimiento entre la certeza y la ignorancia es la duda (el sujeto cree que el conocimiento puede ser veraz, pero no está en condiciones de afirmarlo). La duda, por lo tanto, tiene lugar cuando existe una insuficiencia del conocimiento para tener la confianza sobre su certeza. El conocimiento, en definitiva, aparece como imperfecto y la persona no posee confianza absoluta en la verdad de sus proposiciones.
* Abogado.
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