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EDITORIAL – Balance…, No aguanta

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Hemos arribado al último mes del año con los deseos de evaluar el desarrollo del Departamento durante el 2013, que se entienda que no pretendemos asignarles una calificación a nuestros funcionarios, parlamentarios, diputados, concejales, alcaldes, secretarios de despacho y gobernador, no, sólo queremos establecer un balance con relación a lo existente en nuestro territorio, antes de este 2013 y con base a este resultado, elevar nuestras oraciones con el fin de que el Todopoderoso, nos envíe los paliativos necesarios, para sacar del atraso en que se encuentra nuestro querido Magdalena.

Lo anterior lo decimos, basados en nuestra propia experiencia, adquiridas, al recorrer las vías o carreteras que interconectan los municipios; hasta el viajero mas desprevenido, se da cabal cuenta cuando se moviliza por las vías del Magdalena, pues es en el territorio magdalenense donde se encuentran las dificultades para transportarse, después de haber transitado por sectores con grandes tramos asfaltados, de otros departamento cómo el Cesar.

Entonces, porque los contratistas, el Invias y hasta el Ministerio de Transportes, juega con las necesidades de un pueblo trabajador que debe sacar sus productos oportunamente, a los centros de comercialización o los habitantes que por razones de su trabajo deben visitar la capital del Departamento y su viaje se convierte en un suplicio. Por lo menos, antaño contábamos con el transporte fluvial para carga y pasajeros y que cómodo y divertido eran esos viajes.

Creemos que estas situaciones se presentan, porque el Magdalena, no tiene dolientes, no cuenta con una clase parlamentaria que muestre con carácter las necesidades que padecen los magdalenenses en materia vial, pues desde hace rato no contamos con representantes en el senado y los cinco representantes a la Cámara, poco o nada han mostrado al servicio de una comunidad, que depositó su voto, por aquellos que hoy por accidente, ocupan una curul en la Cámara de Representantes.

Continuamos con nuestro análisis y realmente el orden, no constituye que tengan mayor o menor valor, porque en igual situación están los centros hospitalarios; esto lo decimos al conocer el deprimente estado en que se debaten, salvo algunas excepciones (Ariguaní, Plato) encontramos hospitales o empresas de salud del estado – E.S.E.- que no cuentan ni con las gasas, para limpiar un raspón; parecen una ollas sin fondo, cada vez que se encuentran agobiados, con las arcas vacías adeudando a los trabajadores salarios, prestaciones, salud etc., etc., el gerente de turno hace llamados de auxilio, para que le subsanen el déficit, pero igual, si el gobierno nacional o departamental acude al llamado y lanza el salvavidas, el gerente de turno, soluciona en parte su problema y continúa despilfarrando los recursos, no cancela a tiempo las obligaciones laborales y cae nuevamente en el precipicio fiscal, perjudicando a ‘Juancho Pueblo’ pues las personas de escasos recursos no pueden acceder a los ‘servicios’ que supuestamente presta la Institución y las entidades de control fiscal no sancionan a los responsables de la debacle, por lo tanto, la fiesta continúa.

Es que falta sentido de pertenencia, los gerentes no pueden atenerse a terceras personas, deben obligatoriamente, realizar las acciones de cobro de la cartera, de manera enérgica y contundente. Si tiene que denunciar ante la procuraduría debe hacerlo, ante la fiscalía debe hacerlo y lógicamente al que no pague, se le debe realizar el cobro jurídico embargándoles las cuentas y así obtendrá los recursos suficientes, para manejar de manera armónica, la nave que se encuentra conduciendo. ¿Por qué si algunos de nuestro hospitales, muestran recuperación y hasta superávit, los demás porque solo desidia y desgreño? NO HAY GESTIÓN y así no le podemos responder a nuestra comunidad afligida y de pobreza económica que finca sus esperanzas en los dirigentes de su población.

 

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