Antes de su desaparición en mayo de 2007, la vida de Rafael Enrique Nuñez Tapia transcurría sin inconvenientes en el municipio de El Copey (Cesar); trabajaba como celador en la Alcaldía y gozaba de un gran aprecio entre los habitantes de esta población por su amabilidad y su espíritu colaborador. Pese a vivir solo, mantenía comunicación telefónica con sus hijas y cada dos meses era visitado por dos de ellas, quienes no dejaban de expresarle su preocupación por la crítica situación de orden público allí.
“La desaparición de mi papá coincide con el delicado estado de salud de mi mamá, la cual estuvo internada en una clínica de Santa Marta. Cuando ella da muestras de recuperación, decido junto a mi hermana viajar a El Copey, puesto que teníamos varios meses de no saber de él. Al llegar, algunas personas nos dijeron que había muerto ahogado en un jagüey cercano; empezamos a buscarlo por todos lados, nadie nos daba razón de su paradero. ¿Por qué un mes después de lo ocurrido, ninguno de los vecinos se comunicó con nosotras si nos conocían y sabían cómo ubicarnos?”, manifestó Alba Núñez.
Para ella y su hermana Enilda, algo muy grave le había ocurrido a su padre y nadie se atrevía a contarles; tuvieron que transcurrir dos años para conocer la verdad. Durante una visita que hicieron al municipio para continuar con la búsqueda, una persona allegada a su padre se les acercó y les confirmó frente a la sede de la Alcaldía algo que ellas presentían: Rafael Enrique había sido asesinado por un grupo armado que, posteriormente, lo lanzó al jagüey donde lo encontraron. Esa misma persona aprovechó la ocasión para aconsejarles desistir de las diligencias que adelantaban porque sus vidas corrían peligro.
Varios años después, cuando Alba y Enilda quisieron retomar la búsqueda de su papá, se enfrentaron a un nuevo obstáculo: la pandemia. A pesar de ello, regresaron a la población e intentaron ingresar al cementerio alterno -lugar donde presuntamente inhumaron a su padre- pero resultó imposible: la Unidad de Búsqueda y la Jurisdicción Especial para la Paz ya habían intervenido el lugar. Según la JEP, la Sala de Reconocimiento de esa jurisdicción había decretado una medida cautelar para proteger las zonas donde se podrían hallar víctimas de desaparición forzada, por lo que se ordenó la suspensión de la manipulación, inhumación, exhumación y traslado de estructuras óseas en este sitio.
La decisión se tomó en el marco de las medidas cautelares adoptadas por la Sala de Reconocimiento de Verdad y Responsabilidad para proteger los derechos de las víctimas que participan del proceso judicial. En este caso, el trámite fue ordenado por el magistrado Óscar Parra Vera, correlator del Caso 03 que investiga asesinatos y desapariciones forzadas presentados como bajas en combate por agentes del Estado en la Costa Caribe.
Precisamente, el cuerpo del Rafael Enrique Núñez Tapia fue recuperado por el Grupo de Apoyo Técnico Forense (GATEF) de la Unidad de Investigación y Acusación (UIA) de la JEP en marzo de 2021 durante una inspección judicial ordenada por el magistrado Parra Vera.
Proceso de búsqueda y entrega digna
Una vez Alba y Enilda presentaron la solicitud de búsqueda de su padre en noviembre de 2022, participaron en el año 2023 en varios espacios donde además de proporcionar información sobre la desaparición de su papá, se informaron junto con otras familias buscadoras acerca de los avances de la intervención del Cementerio alterno de El Copey. Allí se destacaron los esfuerzos en materia de recuperación e impulso a la identificación de los cuerpos encontrados a lo largo de las diferentes fases. En abril de 2024, la Unidad de Búsqueda notificó a Alba y Enilda que su padre había sido plenamente identificado y que les sería entregado en las próximas semanas.
“La Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas y la Jurisdicción Especial para la Paz realizaron el pasado 27 de junio la entrega digna del cuerpo de Rafael Enrique Núñez Tapia en el municipio de Plato (Magdalena); esta persona había sido desaparecida en el marco del conflicto armado y era buscada desde hace varios años por sus seres queridos. La medida cautelar decretada por la JEP sobre este campo santo, ha permitido la recuperación a la fecha de 52 cuerpos, de los cuales 6 han sido plenamente identificados”, dijo la Coordinadora de la Territorial Atlántico, Ella Cecilia Del Castillo.
La funcionaria indicó que la intervención del Cementerio alterno de esta población por parte de la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas – Territorial Atlántico, inició el 31 de mayo de 2022 y se realizó en cinco fases. Así mismo, precisó que el municipio de El Copey hace parte del Plan Regional de Búsqueda ‘Del Ariguaní al Río Magdalena’, el cual registra 201 solicitudes; el universo de este plan es de 1.096 personas dadas por desaparecidas (corte junio de 2024). El universo de personas dadas por desaparecidas en Colombia a la fecha es de 111.640.