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Aracataca /Cultores rindieron tributo al juglar Pedro Castro, al cumplirse un año de su fallecimiento

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Músicos, gestores culturales, amigos y familiares, se prepararon para cumplir la tan esperada cita, en honor a uno de los cultores y juglares más queridos y recordados en Aracataca, pero esta vez sin su presencia, porque el pasado 6 de septiembre de 2020, el virus indolente del coronavirus, sin contemplaciones acabó con su vida a sus 77 años de edad, dejando solo a sus seres queridos  y a su noble acordeón, que triste y desconsolada dejó de sonar para siempre.

“Estábamos en deuda con Pedro de hacerle un homenaje y nunca pensamos que la pandemia no los iba a quitar. Es por ello, que hoy los gestores culturales independientes del Municipio, en cabeza del mono Saade y otros amigos, de manera póstuma le ofrecimos este sentido y  afectuoso homenaje en su memoria. Pedro fue un grande del acordeón y gracias a Dios, le dejó el legado a su nieto Didier Linares Castro, quien toca muy bien el acordeón y hoy toma las banderas de su legado.  A mi comadre Elida su esposa, pido a Dios le de cordura para que pueda soportar su ausencia, como también a sus hijos, hijas y demás familiares que lo recuerdan con mucho amor y cariño”, indicó Isidro Orozco Delgado, compositor y gestor cultural de Aracataca.

Le dejó el legado a su nieto Didier Linares Castro, quien toca muy bien el acordeón

EL HOMENAJE

La cita estaba prevista para las 10:00 de la mañana del domingo 26 de septiembre, en el llamado templo de la cultura del municipio de Aracataca, como es catalogada la (casa museo), donde tuvo la suerte de nacer y ver la luz por primera vez, el Nobel escritor: Gabriel García Márquez, pero esta vez, para un gran homenaje póstumo, a Pedro Castro Ortiz, otro personaje e hijo adoptivo de Aracataca, que, con su forma de ser, nobleza y talento, cautivó el corazón de toda una comunidad, que hoy luego de su muerte, lo sigue recordando y haciéndole un merecido reconocimiento (In memoria), como solo a los grandes se les debe hacer: reconociéndole el legado que dejó  a las nuevas generaciones de músicos y acordeonistas de la Zona Bananera, de ese mítico “macondo” que muchos nombran y buscan explorar por diferentes partes del caribe colombiano, a la cultura  misma, elemento esencial que le permitió desarrollar su arte y a la música de esta parte del departamento del Magdalena con la que conjugó su gran inspiración artística.

“Este es uno de los homenajes más merecidos que se le haya realizado a alguien de nuestro pueblo, porque Pedro Castro fue una persona que llegó a nuestra tierra muy joven, y con su acordeón hizo conocer nuestra cultura a donde quiera fue a representarnos como otro hijo más de Aracataca.

Jorge Luis el “Mono” Saade y su esposa

La verdad, estábamos en deuda con él y nos decidimos realizar este homenaje con mucho cariño porque la verdad nos hace mucha falta y la pandemia no, nos había permitido homenajearlo como se debía hacer, con un gran personaje como “Pello”, el maestro del acordeón que nos alegró muchas veces la vida con sus singulares notas y con su inigualable forma de ser”, indicó Jorge Luis el “Mono” Saade, gran amigo, líder y gestor cultural de Aracataca, que lo recuerda con mucho cariño.

Y puntualizó: “la primera vez que Pedro llegó a ‘Cataca’, llegó porque unos amigos músicos, lo trajeron para que hiciera parte de un grupo que tenían acá, pero fue tan repentina su llegada a nuestro pueblo, que se lo trajeron sin maleta y sin ropa como se hacía antes, y acá mi padre Alberto Saade Abdelmassih, que siempre los contrataba y que les tenía un equipo de fútbol, los ayudó y le compraron ropa para que se quedara y  fíjate, acá vivió tantos años… se quedó, conformó un hogar y hoy están con nosotros compartiendo este gran homenaje su esposa, sus hijos, nietos y sus hermanos, a un año de su triste partida, porque Pedro era un ser extraordinario.

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