Los colombianos estamos expectantes, por los acontecimientos que se van dando día a día en torno de la campaña, para lograr la Presidencia de la República y alrededor de esta pugna, se han visualizado dos candidaturas, una la del actual presidente, donde no escatima esfuerzo, ante lo pírrico de su gobierno en el que prevalece en su slogan una verdad absoluta “Tenemos que hacer mucho más”, es decir que ellos mismos, los que manejan su campaña, muestran las deficiencias que ha tenido el gobernante que está en carrera de la reelección y como a todas luces su favoritismo va decreciendo, no ha encontrado otro camino que iniciar una guerra sucia donde a todas luces, trata de desacreditar a su más firme contradictor, pero que analizando detenidamente los efectos que busca, perjudica o mejor desacredita a los demás participantes en la contienda eleccionaria.
Pero, Colombia es un país democrático que ha sufrido los efectos de una guerra fratricida por más de 50 años, su pueblo sabe y conoce que los ideales de partido se han esfumado al fragor de los cañones y fusiles y que hoy, sólo perdura el deseo de hacer incalculables montones de dineros, a través del narcotráfico y que para ello, matan, asesinan, crean el caos, atentan contra las poblaciones que de alguna manera, se les oponen o no les colaboran y para esto, se valen de cualquier método llámense ‘minas quiebra patas’, emboscadas, masacres, secuestro o extorsiones.
El pueblo colombiano no quiere más de eso, como tampoco observa con buenos ojos, cómo el gobierno, pretende exonerar de toda culpa a los sanguinarios jefes de una guerrilla, que hoy permanecen en la Habana, adelantando los llamados diálogos de paz con el gobierno colombiano y que anuncian unirrisorio cese al fuego (apenas 8 días) propuesto de manera unilateral por las Farc y que tiene como objetivo manipular la voluntad popular para incidir de manera directa en el resultado electoral de los próximos días.Pero ¿podrán las innumerables víctimas, olvidar las horas de angustia que han tenido que soportar?. El pueblo colombiano no ve con buenos ojos, que los asesinos reciban el privilegio de no ser encarcelados o que en vez de cárcel, realicen trabajos sociales, (cómo por ejemplo, enseñar principios morales, espirituales o clases de sexualidad, a los adolescentes? O de qué? ) Entonces ¿con qué justicia se podrá regir esta adolorida nación?.
Esta situación, es la que analiza el común de los ciudadanos y es lo que se está reflejando en las encuestas. Las grandes empresas dedicadas a realizar este tipo de sondeos, nos muestran las tendencias de los colombianos, por los candidatos en contienda, por ejemplo, la firma Datexco que realizó una, sobrela intención de voto para el diario El Tiempo y la W, muestra que existe un empate técnico entre los candidatos Santos y Zuluaga, lo que obligaría a una segunda vuelta. El Centro Nacional de Consultoría, en su reciente encuesta, arroja como ganador a Zuluaga, candidato del Centro Democrático, aunque por poca ventaja, pero llama la atención, que este resultado también se da en la segunda vuelta con un 42% de Zuluaga contra un 34% de Santos. La firma Gallup señala un empate técnico en la primera vuelta entre Zuluaga y Santos, pero, en la segunda da como ganador a Zuluaga con un 42.5% contra un 35.1% de Santos.
Esto demuestra, que la opinión de los colombianos no aprueba ni los métodos, ni la forma como el gobierno adelanta los diálogos de paz y tampoco admite, las concesiones como el cese temporal de las actividades bélicas por el grupo insurgente, que pareciera robustecido, ante la pasividad del actual gobierno.
Lo cierto es que el próximo 25 de mayo, no habrá vencedor y que tendremos segunda vuelta donde los dos más opcionados, tendrán la oportunidad de estrechar los lazos de afinidad, con los representantes de los otros partidos, con el fin de conseguir la gran mayoría.
